Después de leer el interesante articulo de opinión de Félix Monreal en Diario de Noticias hoy (aquí os lo dejo http://m.noticiasdenavarra.com/2012/11/09/osasuna/el-deporte-no-pinta-nada-en-politicas-sociales) se ha suscitado un interesante tuit debate. A raíz de él os planteo un concepto que tratamos en las tertulias de Gestión Deportiva q tratábamos el pasado año en COPE con Javier Trigo, Carmelo Paniagua, Javier Esparza e Idoia Jiménez. La transversalidad del deporte.
Se planteó la cuestión que hoy pone Félix encima de la mesa. Qué departamento es el idóneo para incluir el deporte (en Navarra o en China)? Y la conclusión fue que todos y ninguno. Dice Félix en su artículo que ¿qué pinta el deporte en Política Social? Pues pinta y mucho, pero no sólo en él. Es imposible soportar una duda entre dinero para gente necesitada y sponsor de Osasuna, esta claro. Pero ¿y entre los Juegos Deportivos de Navarra y otra necesidad social? La cosa cambia.
El deporte tiene demasiadas aristas para ceñirlo a un departamento. Turismo no tiene porque pagar a un club de cantera porque haga buena imagen del turismo, Políticas Sociales no tiene porque pagar un evento que trae muchos turistas... Son simples ejemplos de que el deporte afecta a muchos departamentos, es #transversal. Hacienda, Turismo, Educación, Administración Local, Infraestructuras, Sanidad o Políticas Sociales tienen que ver con el hecho deportivo, y seguro que me dejo alguno.
Puede tener el deporte un departamento propio, pero me planteaban los contertulios en la radio el coste que conlleva un consejero propio y todo ese rollo. Puede ser una idea tener una identidad propia sin ese rango de "consejería", pero que tenga oportunidad de financiarse con dinero de varios departamentos atendiendo al objetivo que tenga cada actividad o institución apoyada. Se puede promover un evento como la Vuelta si Turismo lo ve rentable para la comunidad, se puede apoyar a Osasuna desde Políticas Sociales si su cantera da oportunidad de hacer deporte a muchos niños, se puede apoyar a Osasuna desde Educación si se genera un programa de actividades donde inculquen cierto valores, se puede aportar a Itxako u Obenasa desde Igualdad si promueve que el deporte tenga más mujeres, Sanidad puede financiar el proyecto que están haciendo los atlétas con diabétes en la Behovia-San Sebastián...
De otro modo, el deporte y el departamento correspondiente siempre saldrán perdiendo. Políticas Sociales o Educación u otros siempre lo van a tener como una coletilla en el cargo (Consejero de Políticas Sociales, Igualdad, Juventud y... Deporte) y van a tener que asumir "problemas mediáticos" del estilo Osasuna o la Vuelta. Y el deporte siempre va a salir perdiendo en comparaciones con los más necesitados, los que necesitan educación o sanidad.
Y hay otra cuestión. Todavía no he conocido un consejero (o ministro) de deporte. Recuerdo en Navarra a Calixto Ayesa, José Ignacio Palacios, Maribel García Malo, Elena Torres, Jesús Pegenaute o, ahora, Iñigo Alli. Lógicamente, ninguno son gente del deporte. Se hacen cargo de él porque les toca en el departamento, pero no son gente del "mundillo". Y eso también se nota en muchos detalles. Evidentemente, tienen al Dtor. Gerente del Instituto para ser sus ojos, sus oidos y su boca, pero no para tener decisión última.
Para terminar, y con respecto a la transversalidad del deporte, me quedo con un ejemplo que me está gustando. El Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Navarra que ha echado a andar Javier Trigo con el COE. Me gusta el sentido que le ha dado a la idea. Ahora hacer un Diploma de Nutrición para el Deporte, poniendo de acuerdo a la facultad correspondiente de la Universidad con el COE. Más tarde, unas jornadas de Derecho Deportivo, luego otras de Arquitectura y Deporte. Y así, sucesivamente con las facultades que tengan algo que ver en su actividad con el deporte.
Esa idea de #transversal creo que es la correcta y por donde pueden ir las cosas en lo público. En eso y en que los partidos (TODOS) dejen de hacer política con el deporte, jugar con él, como con todo, para poder criticar a un gobierno o a otro. O hacerse la foto con quien gana, sea quien sea, aunque luego se pase del tema olímpicamente.
Un lugar donde compartir ideas, experiencias y proyectos sobre comunicación. El blog de Fernando Urra
viernes, 9 de noviembre de 2012
miércoles, 30 de mayo de 2012
#Yotambiénfuibecario
Retomo el blog aprovechando la iniciativa de MAJ de explicar nuestra experiencia como becario bajo ese hastag de #yotambiénfuibecario. Ha sido un muy buen momento, ahora que llega el verano y las redacciones, habitualmente, se suelen a poblar de gente joven estudiante o recién licenciada. O, por lo menos, lo hacían hasta hace bien poco.
Mi experiencia de becario, respondiendo a la iniciativa de MAJ, fue amplia y diferente. Durante quince meses estuve en Onda Cero Pamplona sin recibir un sólo euro y gracias a que el difunto Ricardo Lizarraga me abrió la puerta de su emisora. Fueron unos quince meses tan ricos en lo humano y lo profesional que el detalle monetario tiene bien poca importancia. Aprendí mucho de la gente que estaba por aquel entonces. Chus, Pedro, José Luis, Mila, Idoia, Goros, Arturo... La gran mayoría eran jóvenes, pero la experiencia fue muy rica.
Al terminar la carrera, tuve la oportunidad, en una beca concertada por la Universidad de Navarra, de pasar dos veranos en Radio Bilbao, en la Cadena SER, donde pagaban 50.000 pesetas al mes. Seis meses donde tuve muy buenos compañeros, todavía suelo verme con Iñigo Markinez o Javi Hoyos, y donde viví experiencias profesionales muy importantes. La muerte de Miguel Angel Blanco y estar en esos días en Ermua fue un trance de los que no se olvidan.
Pero, aprovechando que me siento a escribir y que hacía bastante que no me ponía, creo que merece la pena hacer algunas reflexiones sobre el papel de la empresa, las universidades, el profesional y el becario. Todas las partes tiene cosas que cambiar, mejorar y analizar de cara a que la figura de la beca sea realmente un arma para mejorar el futuro de los estudiantes y el presente de la profesión.
Comenzaré por las universidades. Mi experiencia con la Universidad de Navarra fue buena en el sentido de que me abrieron las puertas de una empresa importante como la Cadena SER, sin embargo, a veces tuve la sensación de que no se primaba lo suficiente la experiencia profesional que se puede adquirir durante los años de estudio. Es una opinión muy particular, creo que muchas veces no pasa nada por perder alguna clase presencial por poder tomar contacto con una redacción profesional. Insisto, sólo se trata de una sensación personal que tampoco sé si es acertada.
Las empresas han dado mucho que hablar sobre esta cuestión. Cierto es que la oportunidad de formar parte de una redacción profesional es algo muy importante para un joven aspirante, pero es obvio que muchas empresas se han aprovechado de las ganas y el interés de gente joven. Evidentemente a coste cero o, digamos, low cost. Creo que eso es algo evidente, que muchos hemos tapado los huecos de profesionales de plantilla de vacaciones, bajas... Eso es algo que quienes tienen algo que hacer deben tener claro.
Hasta aquí lo que más o menos se suele contar. Pero quedan un par de patas de esta mesa que se suelen ir de "rositas" cuando hablamos de esta cuestión. En primer lugar los becarios. Después de haber compartido beca con mucha gente y de haber visto pasar a mucha más por las diferentes redacciones en las que he currado, puedo decir abiertamente que también los chavales tienen cosas por cambiar. La actitud de los chicos y chicas que llegaban de becarios hace algunos años ha cambiado, en líneas generales y sabiendo que hay excepciones. Tengo la sensación de que la gente joven llega a este periodo de formación con una mentalidad errónea.
Los muchos abusos que se han hecho a los becarios han generado, creo, una actitud de distancia y no implicación que antes no existía. No recuerdo, en mis tiempos, haber mirado el reloj cuando era un chaval ni poner pegas para hacer cosas, algo que creo que ha cambiado. "Yo por las tardes no vengo. Es que el fin de semana no puedo". Estas frases las he oído más de una vez y antes no las recuerdo. Insisto, seguramnete los abusos han propiciado estas actitudes, pero creo que falta algo de ilusión/compromiso en las nuevas generaciones.
Y faltamos los profesionales que estamos en los medios. ¿Dedicamos el tiempo suficiente a formar a un becario? ¿Dedicamos tiempo a formar a un becario? ¿Entendemos que, aunque no está en nuestro contrato o convenio, los más jóvenes pueden necesitar que le echemos un cable? ¿Nos acordamos de que otros veteranos nos enseñaron buena parte de lo que sabemos del oficio?
Aquí aparece un concepto que a mí me gusta mucho que he bautizado RSP. Responsabilidad Social Personal. Nosotros somos lo que somos, profesionalmente, porque nos ayudaron a crecer, y nosotros también debemos ayudar a las nuevas generaciones. No quiero generalizar, pero muchas veces parece que da pereza sentarse un rato con un chaval, explicarle ciertas cosas... Tenemos que mejorar. Cambiar nuestra actitud hacia la gente que llega de prácticas es también necesario para mejorar esta situación. Mejorar nuestro presente y su futuro.
Mi experiencia de becario, respondiendo a la iniciativa de MAJ, fue amplia y diferente. Durante quince meses estuve en Onda Cero Pamplona sin recibir un sólo euro y gracias a que el difunto Ricardo Lizarraga me abrió la puerta de su emisora. Fueron unos quince meses tan ricos en lo humano y lo profesional que el detalle monetario tiene bien poca importancia. Aprendí mucho de la gente que estaba por aquel entonces. Chus, Pedro, José Luis, Mila, Idoia, Goros, Arturo... La gran mayoría eran jóvenes, pero la experiencia fue muy rica.
Al terminar la carrera, tuve la oportunidad, en una beca concertada por la Universidad de Navarra, de pasar dos veranos en Radio Bilbao, en la Cadena SER, donde pagaban 50.000 pesetas al mes. Seis meses donde tuve muy buenos compañeros, todavía suelo verme con Iñigo Markinez o Javi Hoyos, y donde viví experiencias profesionales muy importantes. La muerte de Miguel Angel Blanco y estar en esos días en Ermua fue un trance de los que no se olvidan.
Pero, aprovechando que me siento a escribir y que hacía bastante que no me ponía, creo que merece la pena hacer algunas reflexiones sobre el papel de la empresa, las universidades, el profesional y el becario. Todas las partes tiene cosas que cambiar, mejorar y analizar de cara a que la figura de la beca sea realmente un arma para mejorar el futuro de los estudiantes y el presente de la profesión.
Comenzaré por las universidades. Mi experiencia con la Universidad de Navarra fue buena en el sentido de que me abrieron las puertas de una empresa importante como la Cadena SER, sin embargo, a veces tuve la sensación de que no se primaba lo suficiente la experiencia profesional que se puede adquirir durante los años de estudio. Es una opinión muy particular, creo que muchas veces no pasa nada por perder alguna clase presencial por poder tomar contacto con una redacción profesional. Insisto, sólo se trata de una sensación personal que tampoco sé si es acertada.
Las empresas han dado mucho que hablar sobre esta cuestión. Cierto es que la oportunidad de formar parte de una redacción profesional es algo muy importante para un joven aspirante, pero es obvio que muchas empresas se han aprovechado de las ganas y el interés de gente joven. Evidentemente a coste cero o, digamos, low cost. Creo que eso es algo evidente, que muchos hemos tapado los huecos de profesionales de plantilla de vacaciones, bajas... Eso es algo que quienes tienen algo que hacer deben tener claro.
Hasta aquí lo que más o menos se suele contar. Pero quedan un par de patas de esta mesa que se suelen ir de "rositas" cuando hablamos de esta cuestión. En primer lugar los becarios. Después de haber compartido beca con mucha gente y de haber visto pasar a mucha más por las diferentes redacciones en las que he currado, puedo decir abiertamente que también los chavales tienen cosas por cambiar. La actitud de los chicos y chicas que llegaban de becarios hace algunos años ha cambiado, en líneas generales y sabiendo que hay excepciones. Tengo la sensación de que la gente joven llega a este periodo de formación con una mentalidad errónea.
Los muchos abusos que se han hecho a los becarios han generado, creo, una actitud de distancia y no implicación que antes no existía. No recuerdo, en mis tiempos, haber mirado el reloj cuando era un chaval ni poner pegas para hacer cosas, algo que creo que ha cambiado. "Yo por las tardes no vengo. Es que el fin de semana no puedo". Estas frases las he oído más de una vez y antes no las recuerdo. Insisto, seguramnete los abusos han propiciado estas actitudes, pero creo que falta algo de ilusión/compromiso en las nuevas generaciones.
Y faltamos los profesionales que estamos en los medios. ¿Dedicamos el tiempo suficiente a formar a un becario? ¿Dedicamos tiempo a formar a un becario? ¿Entendemos que, aunque no está en nuestro contrato o convenio, los más jóvenes pueden necesitar que le echemos un cable? ¿Nos acordamos de que otros veteranos nos enseñaron buena parte de lo que sabemos del oficio?
Aquí aparece un concepto que a mí me gusta mucho que he bautizado RSP. Responsabilidad Social Personal. Nosotros somos lo que somos, profesionalmente, porque nos ayudaron a crecer, y nosotros también debemos ayudar a las nuevas generaciones. No quiero generalizar, pero muchas veces parece que da pereza sentarse un rato con un chaval, explicarle ciertas cosas... Tenemos que mejorar. Cambiar nuestra actitud hacia la gente que llega de prácticas es también necesario para mejorar esta situación. Mejorar nuestro presente y su futuro.
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