jueves, 14 de julio de 2011

La hora de la balanza

Mal está que lo diga yo, pero tenía muy dejado esto del blog. Más vale que mis vacaciones me han dado un poco de oxígeno para sentarme a escribir un rato. Mira si lo tenía abandonado que lo he tenido que cambiar del todo porque al anterior no le funcionaba ni el editor de textos. El caso es que, por fin, me siento a poner por escrito las cosas que tengo atrasadas por contar. Voy por ello.

La verdad es que me sorprendo a mí mismo. Me he pillado leyendo el libro "Mundo Twitter" de @jlori (José Luis Orihuela) y me he abroncado razonablemente. No fui a sus clases en la uni y ahora me compro sus libros quince años después. No me aclaro, definitivamente, no me aclaro. Lo mismo me estoy haciendo mayor...

El caso es que llevo tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre la idea de lo que aporta y lo que resta el andar pendiente de ese mundo que algunos llaman 2.0 (Txema Valenzuela me increpará sólo por citarlo), pero que cada vez está más mezclado con nuestro día a día. Vamos, que es el momento balanza de los últimos tiempos que he gastado.

Tuitear, escuchar, subir una foto al FB, echar un ojo a lo que cuentan los amigos, acordarme de los cumpleaños... Lleva su tiempo y alguna enganchada esporádica con los más cercanos, es cierto, y, además, no asegura un uso completo de lo que significan estos medios sociales. Sin embargo, los aportes no han estado mal.

Varias cosas han cambiado no desde que entro en las redes sociales, sino desde que las utilizo, fundamentalmente, como herramienta profesional (también personal). He variado algunas maneras de pensar y también ciertas maneras de relacionarme con las personas que ya conocía y con otras que antes ni sabía que existían.

En el ámbito personal he recuperado ciertas relaciones personales dejadas y ya eso me merece la pena. Además, he visto como también se modificaban las conversaciones con personas que ya conocía hace mucho tiempo y con las que tenía amistad. Los últimos cafés con @aormaechea (Ana Ormaechea) han sido de lo más curiosos y de lo menos esperado, si lo pensamos sólo un par de años atrás.

El caso es muy similar con @rafa_aguilera (Rafa Aguilera). Hemos pasado de muchas horas de avión charlando sobre fútbol, pero esos ratos han derivado ya en conversaciones bien diferentes. La profesión, la comunicación o la formación han ganado el sitio de esas charlas a los sesudos debates futboleros.

Gracias a la actividad y el uso de estas herramientas he conocido a gente que, seguramente, no hubiera conocido de otro modo. Personas que están en otros ámbitos de la profesión que aportan cosas muy interesantes en el día a día. @dianagonzalez (Diana González) o @puytri (Puy Trigueros) son algunos de los muchos ejemplos de gente que sabe mucho de nuestro mundillo y con la que me he visto hablando de cosas que pensaba que no iban conmigo y ahora me atraen.

Me gusta la idea de que el cliché que se tiene del periodista futbolero se pueda romper gracias a eso de la identidad digital y su traslado a las relaciones personales diarias. Seguro que más de un@ se puede sorprender de que nuestra visión del curro en algunos casos honrosos vaya más allá de balones y árbitros.

Con todo esto, yo creo que puedo decir que mi balanza se inclina definitivamente a seguir con toda esta historia y ver dónde nos lleva. Yo no tengo ni idea de cual será el rumbo definitivo, pero el camino parece interesante y tiene pinta de que nuestra generación puede ser la que abandere un cambio en la profesión. Los ingenieros no están dando herramientas para hacerlo, así que habrá que intentarlo.

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